Análisis de las elecciones 2012 en Puerto Rico

Este año eleccionario promete ser muy interesante debido a varios factores que no se habían visto antes en Puerto Rico. Hay seis partidos políticos, una consulta de estatus y, gracias a las redes sociales, nuevas maneras de hacer campañas y denunciar irregularidades. A pesar de tener tanta información fácilmente accesible, podemos contar con la triste realidad de que los electores escogerán sin mucho análisis a los candidatos y sus partidos. Votar se convierte en un acto de fe, con más o menos los mismos resultados que orar. Intento, entonces, presentar mi análisis de los candidatos a la gobernación de Puerto Rico. En entregas próximas, reseñaré los candidatos a la legislatura, de las alcaldía de San Juan y las opciones de la consulta de estatus.

Candidatos para Gobernador: Luis Fortuño – Partido Nuevo Progresista

El candidato titular que ha estado a cargo de administrar el País durante este cuatrienio. Posiblemente, sea juzgado como la peor administración que haya sufrido Puerto Rico. Entre sus primeras acciones al entrar al poder fue declarar una emergencia fiscal y crear la Ley 7, que le permitió despedir a más de 30.000 empleados públicos durante una crisis financiera. Además, estuvo a cargo del cuerpo de Policía que arremetió a macanazos y gas pimienta contra los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico y los ciudadanos que protestaron en el Capitolio porque el presidente del Senado había cerrado el acceso público a esa asamblea. También censuró varios libros de autores puertorriqueños y latinoamericanos, como Aura, de Carlos Fuentes, y Reunión de espejos, una antología de cuentos puertorriqueños. Sus secretarios de Salud y de Justicia renunciaron al poco tiempo de ejercer sus cargos, intentó acabar con los terrenos protegidos del corredor del noreste y comenzó el proceso de desahucio de terrenos para construir el Gasoducto. Todo esto sucedió en el primer año y medio de su gobernación. Luego de estos sucesos, hemos tenido que sufrir la cifra más alta de asesinatos en nuestra historia, crímenes rampantes en plena luz del día, la indiferencia de los funcionarios gubernamentales («such is life») y el gobierno más inepto e ineficiente de nuestra historia. Aún en plena crisis financiera, los miles de millones otorgados por el gobierno federal bajo el nombre de fondos ARRA fueron desperdiciados de diferentes maneras, mientras que la infraestructura del País no se benefició de ninguna mejora. Solo ahora, en un año eleccionario, es que han decidido tapar los boquetes en las carreteras de manera temporera, ya que de aquí a cuatro años tendrán que rellenarlos otra vez. Uno pensaría que este candidato no tendría oportunidad alguna de salir reelecto, luego de escuchar estos sucesos que no incluyen las atrocidades de parte de la legislatura. Por un tiempo, algunos de los mismos seguidores del partido rechazaban haber votado por él o lo admitían resignados ante su mala decisión. Hubo un momento en que el partido de mayor oposición podía postular el ataúd de Muñoz Marín, su máximo líder, como candidato opositor a la gobernación y habría ganado cómodamente. La campaña del PNP ha sido un ejercicio en absurdidad o, tal vez, un truco mental jedi. Se han atrevido a preguntarles a sus ciudadanos que si hace cuatro años estaban mejor que hoy. Si no incluyes aquellos que se han lucrado personalmente de que este gobierno esté en poder (como los contratistas, asesores, ingenieros y planificadores del Gasoducto), la respuesta que recibirás es un NO definitivo. La manera de ser de este partido es muy preocupante y disfraza el fascismo con una capa de democracia. Los representantes del PNP mudaron personas, obtuvieron votos de personas muertas y vaciaron listas en sus primarias. Esas acciones fueron para elegirse entre ellos mismos, así que uno puede esperar qué tipo de truco utilizarán para quedarse en poder.

El PNP no es el único dueño de la ineptitud. Ante un partido como el PNP, que ha intentado limitarles derechos a sus ciudadanos, les ha negado y ha legislado en contra de los derechos del sector homosexual y ha abusado físicamente de estudiantes y pobres, el PPD logró lo que nadie pensaba posible: un candidato que podría ser peor que Fortuño.

Alejandro García Padilla – Partido Popular Democrático

El ataúd de Muñoz Marín al menos tiene más presencia que García Padilla. El PPD decidió lanzar a un candidato que luce bien, pero luego de escucharlo por cinco minutos sabes que solo ha memorizado todas sus palabras. Es una marioneta del partido, sin voz propia ni convicciones. Para colmo, sus titiriteros han escogido ser lo más semejante posible al gobernador de turno. Fortuño está en contra del matrimonio homosexual y él también, el gobernador quería eliminarles derechos a los ciudadanos y él también, y así por el estilo. Su discurso es el mismo: mano dura contra el crimen, más empleos, reducción en la cuenta de electricidad. Ah, y sus «ideas», que menciona con un rostro desquiciado, como si en realidad tuviera alguna. Se suponía que la campaña del PPD fuese sencilla: solo tenía que ser el opuesto de Fortuño. Metieron la pata de todas formas. El director de la campaña de García Padilla tenía la labor más fácil en este año de elecciones, pero logró lo que se pensaba imposible: ha echado a perder la candidatura. Cada decisión que se ha tomado en esta campaña solo ha perjudicado al PPD. Si esconden a García Padilla es malo y si lo sacan al público es peor. No debe sorprenderle a nadie, sin embargo. La ineptitud en el País de parte del Gobierno no se limita a los últimos cuatro años. Como dijo alguna vez un conductor de la Autoridad  Metropolitana de Autobuses, «no sé por qué se sorprenden, si esto nunca ha funcionado». Si esta elección fuera entre estos dos partidos únicamente, sería difícil decidir cuál sería peor. Por suerte, hay cuatro partidos más, no que a nadie le interese votar por los mejores candidatos.

Juan Dalmau – Partido Independentista Puertorriqueño

El partido que a todo el mundo le encanta odiar. Durante los últimos cuarenta y cuatro años, el PIP ha ofrecido el mejor candidato en todas las contiendas. En 2008, cuando la crisis financiera estaba su apogeo, el candidato del PIP era un economista que ganó todos los debates y tenía las mejores propuestas de gobierno. El pueblo no lo consideró, a pesar de que muchos admitían que era el mejor candidato. Si hay algún partido que representa cambio, es el PIP. Es demasiado cambio para la tolerancia del puertorriqueño. La independencia de Puerto Rico requeriría un compromiso social que el boricua promedio no está dispuesto a realizar. Tal vez es miedo al cambio o un síndrome mental del colonizado. La realidad es que a lo más que puede aspirar Dalmau es a que el partido quede inscrito luego de los comicios, lo cual sería una victoria pírrica. Si suficientes personas votan por el PIP, podríamos evitar una mayoría absoluta de parte de uno de los partidos más grandes. Con ese tipo de participación de otro sector de la población, los cambios que se han hecho al nuestras leyes, derechos y Tribunal Supremo habrían sido rechazados. Sin embargo, como el electorado realmente no sabe cómo funciona su propio gobierno, votar por el PIP no le resulta como una opción viable. Peor aún, el partido deja perder sus seguidores al prácticamente desaparecer luego de cada elección, solo para regresar como el ave fénix poco antes de las elecciones.

Rafael Bernabe – Partido del Pueblo Trabajador

El profesor Bernabe ha militado por las mismas causas por las cuales ha luchado el PIP desde siempre. Muy bien podría ser un candidato por ese partido. Sin embargo, ha escogido una plataforma de gobierno que no contempla el estatus de la Isla, bajo la premisa de que la gente no vota por el PIP, aunque tenga las mejores propuestas y candidatos, porque teme a la independencia. Sin embargo, algunas de las propuestas sugeridas por el PPT resultan demasiado radicales para el electorado. Aunque legalizar la marihuana es una de las medidas más eficazes que podemos tomar para disminuir la violencia por el trasiego de drogas, el pueblo es demasiado conservador como para apostar por esa posible solución. Bernabe ha prometido continuar con sus labores políticas luego de las elecciones, sin importar qué suceda. Será interesante ver qué sucederá después de estos comicios y si el partido podrá lograr mantenerse unido luego de los resultados.

Arturo Hernández – Movimiento Unión Soberanista

El MUS comenzó como un movimiento que reunía mucha gente inteligente que pregonaba la soberanía, un tipo de independencia «light». Es otro partido que busca apartarse del estigma de la independencia que el pueblo tanto teme. Sin embargo, en algún momento del año pasado implosionó. Uno de los fundadores, Ángel Collado Schwarz, renunció al partido misteriosamente y el momentum que había adquirido el partido desapareció de repente. El primer candidato que el partido postuló, Dr. Vázquez Quintana, nunca fue muy simpático para el pueblo y renunció luego del primer debate, en el cual Bernabe, del PPT, le quitó el poco impulso que le quedaba. Arturo Hernández resulta ser un candidato mucho mejor, pero su entrada tardía en el ruedo político no le ayudará. El MUS parece ser el partido de los llamados Babyboomers, personas que nacieron poco después del final de la segunda guerra mundial. También sería un beneficio si quedaran inscritos y participaran en el próximo gobierno de manera activa, al igual que el PIP y el PPT.

Rogelio Figueroa – Puertorriqueños por Puerto Rico

Cada vez que veo que Rogelio tiene seguidores, me sorprendo. No son muchos, pero existen. El PPR se postula como el partido ambiental o «verde» que promete arreglar los problemas del ambiente de alguna manera. ¿Cómo? Solo Rogelio sabe y lo revelará si gana la gobernación. El lío que sufrió el partido al inscribirse le ha costado bastante credibilidad con el electorado. Los chistes de los muertos votantes abundan en la calle y su desempeño en el último debate ha dado de qué reír.

Resumen:

El pueblo tendrá la opción de escoger entre seis candidatos. 50% de ellos serían excelentes opciones para gobernar el País (PIP, PPT y MUS). La otra mitad sería más de lo mismo o peor (PNP, PPD y PPR). Si se tratara de lanzar una moneda al aire, me sentiría más relajado acerca de cuál sería el resultado.

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