¿Qué es un héroe?

Hace unos días participé en un debate con otros dos escritores, Rolando Menendes e Iván Thais. Hablamos sobre los nuevos héroes en la Literatura. Podría parecer fácil hablar de héroes, ¿no? Sin embargo, lo primero que me pregunté fue: a los escritores, ¿aún nos interesa escribir de héroes? Me parece que la respuesta es “no”.
Creo que nos interesa más escribir sobre personajes interesantes y diferentes. Eso del héroe suena casi infantil o maniqueo, tal vez porque el primer héroe en el que pienso es Supermán, que es como el heroísmo exagerado. Un poco más de análisis revela que no es tan heroico. La invulnerabilidad es uno de sus poderes, así que no arriesga nada. De lo que más debe cuidarse es de que alguien averigüe que es Clark Kent y no creo que sus colegas reporteros quieran enojar a un tipo que puede derretir gente con rayos de sus ojos. El verdadero héroe sería aquel que arriesgue su vida para decirle la verdad.
El gran héroe es cosa del pasado. Resulta más interesante el pequeño héroe y su razón de ser: la persona que te ayuda a cambiar una llanta en la carretera o la que te socorre cuando alguien te asalta.
A la vez, esto del heroísmo es demasiado subjetivo. El presidente Obama es un héroe para cierta parte de la población y un villano para la otra. Pasa igual con Bin Laden. Otros ejemplos se pueden encontrar en nuestros narcotraficantes. Son villanos para la sociedad, pero no para quienes conviven con ellos. Es difícil encontrarle falla a quien regala dinero y provee fiestas solo por participar en acciones ilegales. Paralelos entre Robin Hood y Ángelo Millones son fáciles de encontrar.
Los verdaderos héroes de hoy día se encuentran en la cotidianidad, con todas las fallas y la falta de intensidad que conllevan. El ciudadano que se da cuenta de que debe de actuar, si es que quiere cambios, en vez de esperar que las autoridades se encarguen, será el nuevo héroe del siglo XXI. No debemos esperar reconocimiento más allá del que nosotros mismos podamos darnos. Héroe es aquel que actúa noblemente porque sí, sin esperar recompensa. Y bien que sea así, porque nosotros los escritores probablemente no se la daremos a nuestros personajes.
Los nuevos héroes de la literatura serán igual a los viejos; serán los que nos permitan considerar otros puntos de vista.

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