¡Hola! He mantenido este blog desde 2005, más o menos. Aquí encontrarán escritos nuevos y viejos, además de la mayoría de las reseñas escritas por mí que se publicaron en El Nuevo Día desde 2012 a 2020. Si llegaste gracias a la presentación de Casandra aprende a volar, pues, ¡Saludos! Si haces clic en la tienda, podrás ordenar la novela, dedicada por mí, para ti. Si llegas de una jurisdicción fuera de Puerto Rico, es posible que Amazon sea tu mejor opción para adquirir la novela, por eso del flete. Lo malo es que no puedo dedicártela. De todas formas, si tienes preguntas, me puedes escribir por aquí, en Twitter (@jborges) o en Facebook (José Borges, escritor). ¡Bienvenidos!
Hace unos días, cambié de proveedor de servicio para esta página. Con el cambio, se desorganizaron o dejaron de funcionar algunas cosas. De todas formas, ya un cambio es necesario así que pronto trabajaré para que la página luzca mejor. Mientras tanto, se verá así. El contenido no ha cambiado, solo la apariencia. Pendientes.
para Egidio, que siempre espera algo nuevo por aquí y a quien no quisiera defraudar.
Anoche terminé de ver la serie de Marvel The Falcon and the Winter Soldier, que trata del legado del Capitán América y cómo sus panas se ajustan a su nueva realidad sin él y luego de haber desaparecido de la existencia por cinco años. Hay reacciones diversas al programa, que provienen de los temas que se tocan, o tal vez, que se dejan de tocar. Lo primero que se puede apreciar es el momento histórico en que se produce la serie, que es durante la presidencia de Trump. No es que aparezca el tipo en la serie ni nada por el estilo, pero sí se nota un esfuerzo por hablarle a la situación. Claro, dentro de lo que puede hablarle una producción cuyo origen es Disney.
Para los que vieron las películas, recordarán que el Capitán América viaja al pasado al final y regresa al punto de partida ya viejo. Le regala su escudo al Halcón y luego… pues, no se sabe qué hace. La serie alude a que desaparece para siempre, aunque no tenga sentido; el tipo envejeció, solamente. El caso es que al principio de la serie, Sam, el Halcón, rechaza el escudo y se lo regala al gobierno de los Estados Unidos, que prontamente sacan su propio Capitán América, un soldado blanco, héroe de guerra, pero sin superpoderes. Sam no se cree representado por su país al principio de la serie, situación que se resolverá al final.
El Soldado Invernal, por su parte, sufre de síndrome postraumático, luego de liberarse del yugo de Hydra, la malvada organización secreta, cuyo propósito es… ser los malos, supongo, ya que no se les incluye ninguna otra razón de ser. Lo otro que atormenta a Bucky (el Soldado Invernal) es que recuerda a la gente que mató y hasta se hace amigo del padre de una de sus víctimas. Anda por el mundo tratando de pedir perdón por sus acciones, aunque era controlado.
El otro conflicto es el de los Rompe Banderas, terroristas que desean la unión mundial, o sea una Tierra sin naciones ni fronteras. Estos logran acceder la fórmula que convirtió a Steve Rogers en el superhéroe que conocemos hoy día. A la vez, la serie intenta trabajar con el racismo y otros pecados del imperio estadounidense, pero con paños tibios. Al final, Sam decide ser el nuevo Capitán, con escudo y alas, y luchar por los valores de su país.
En esencia, la serie es un «buddy movie». Si viste Lethal Weapon, ya sabes por dónde va la cosa. Los protagonistas no se soportan al principio, pero al final son inseparables. Hay pocas sorpresas en la serie y varios momentos de comedia. Otros momentos de comedia se dan sin intención, me parece. Por ejemplo, el Capitán América del gobierno pierde la tabla luchando contra los terroristas y mata viciosamente a uno con el escudo, en plena luz del día con todos los celulares grabando y trasmitiendo. Esta acción lo lleva a enfrentarse a un tribunal militar en su país, donde es abucheado y rechazado por la gente. Quien haya prestado un poco atención a los últimos 20 años de guerra continua de los Estados Unidos encontrará la escena patéticamente risible. La televisión y el Hollywood estadounidense es una grna máquina de propaganda, así que no se espera mucha más voz crítica.
No es decir que no es entretenida, especialmente para aquellos sedientos de más material de Marvel en la pantalla. Los actores son carismáticos y es divertido verlos en acción. Sam como el nuevo Capitán América es una buena idea, pero necesitará su espacio en otra historia para convertirse en algo más icónico. Ya anunciaron otra película del capitán, así que espacio tendrá.
Creativamente, veo difícil que puedan superar la hazaña que lograron con estas películas a partir de Iron Man. Siempre habrá gran cantidad de gente que irá a ver las películas y series, pero lo único que podría ser de interés es la inclusión de los mutantes de Marvel. Es decir, los X-Men, que siempre han tenido un rol medio antagónico en los cómics. Pero la realidad es que tanta película de superhéroe cansa, fenómeno que sucede en los mismos cómics. La gran mayoría de publicaciones tratan de gente con superpoderes, lo cual ha estancado ese medio, que tanto potencial tiene.
Dicho todo esto, si quieres más Marvel, te gustará la serie. Tal vez no la adores, pero no te arrepentirás. Si eso de superhéroes no es lo tuyo, dudo que esta sea la serie que te cambie de parecer.
Los nombres de Julia de Burgos, Sonia Sotomayor y Rita Moreno probablemente nos sean muy familiares, pero ¿puedes mencionar cinco otras mujeres boricuas destacadas? ¿Qué tal diez o quince? Confío en que la audiencia de esta reseña podría nombrar el doble de las que pedí y quedarse con ganas de mencionar muchas más, pero ¿y el resto de la población? Aun entre gente culta como ustedes, habrá de existir lagunas de conocimiento en cuanto a nuestras mujeres ilustres. Por ejemplo, ¿sabes quién era Modesta Díaz Segarra? ¿Te suena el nombre de Miriam Naveira Merly? ¿Herminia Tormes García? ¿No? Pues, puedes conocerlas en Ellas: historias de mujeres puertorriqueñas, un libro conceptualizado e ilustrado por Mya Pagán, con la colaboración de Enery López Navarrete, Laura Rexach Olivencia y Mariola Rosario Padró.
El libro consta de 64 biografías de mujeres puertorriqueñas que se han destacado de diversas maneras en el trascurso de nuestra historia. Algunas son famosas, como Mónica Puig, Ivy Queen y Sila María Calderón; otras, como Adolfina Villanueva Osorio, Rebekah Colberg Cabrera o Blanca Canales Torresola tal vez nos sean familiares, aunque a lo mejor no sabríamos exactamente por qué; y algunas nos serán totalmente desconocidas, como fue mi caso con Celestina Cordero Molina, Gloria Colón Muñoz y Felicitas Méndez Gómez. Cada entrada está ilustrada por Mya Pagán y traducida al inglés. Son escritos cortos, de media página, que contienen la información más relevante de las mujeres incluidas. Incluye personalidades desde el siglo XVIII hasta el corriente.
Hay deportistas, artistas, poetas, escritoras, médicas, juezas y científicas, entre muchos otros oficios, cuyas aportaciones a nuestra sociedad son sorprendentes. En estas páginas está la primera alcaldesa de la Isla (no fue doña Fela, que también está incluida y quien fue la primera alcaldesa de una capital en Hispanoamérica), la primera jueza presidenta de nuestro Tribunal Supremo, y la primera abogada y luego jueza de Puerto Rico. Además, encontraremos a las que lucharon por nosotros, como Blanca Canales, Lolita Lebrón, Luisa Capetillo y Mariana Bracety, entre varias otras activistas y patriotas.
Las biografías están redactadas en un lenguaje sencillo, enfocadas en una audiencia joven (niñas y niños, según la introducción), pero capaz de disfrutarse por cualquiera. Es una lectura informativa que presenta un punto de partida para aprender más de estas figuras históricas, algunas que aún están en vías de despuntar más en su vida, como podría decirse de la cantante Ileana Cabra Joglar o la judoka María Pérez Díaz. Un toque interesante es que en algunas ocasiones se relaciona una que otra biografía con la anterior. El arte de Pagán, por otro lado, tiene un toque infantil, sin duda con el objetivo de apelar a ojos más jóvenes. Ellas es un libro recomendado para cualquiera que quiera saber más de su país y aprender de 64 de sus muchas mujeres destacadas puertorriqueñas. Es una buena opción de regalo en esta semana que se conmemora el Día de la Mujer Trabajadora, y para el resto del año, por supuesto.
Ellas: historias de mujeres puertorriqueñas
Mya Pagán
Editorial Destellos, 2020
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Esta reseña se publicó en El Nuevo Día en marzo 8 de 2020. Por alguna razón nunca la subí, pero acabo de corregir esa situación.
Ok. Receta de ceviche (o cebiche; ambas están aceptadas en el diccionario). Me la robé de internet y modifiqué según los ingredientes disponibles. Luego la compartí en un chat familiar y ha sido todo un éxito.
Necesitas:
El filete de pescado (yo uso mero, pero puede ser chillo; no uses tilapia porque comen mal)
Un cuchillo afilado
1 cebolla lila (si no tienes lila, pues la que tengas)
5 limones jugosos
1 china (o parcha, o piña… que sea cítrico, puede ser tamarindo, acerola, etc.)
Cilantro (o recao, pero cilantro funciona mejor)
ají: este fue el ingrediente que no tenía a la mano, ya que solo necesitas uno, pero el súpermercado te vende un bonche. SI vas a hacer sofrito, saca uno; si no, puedes usar una cucharadita de sofrito (criollo). Otra opción es sirracha, que me ha funcionado mejor que el sofrito)
Procedimiento:
¿Recuerdas el cuchillo afilado? Sácalo y afílalo si no está afilado.
Corta el filete cubos de un poco menos de una pulgada. Esto es a ojo, no necesitas una regla… fíjate que no mencioné nada de reglas al principio).
Una vez cortado el pescado, ponlo en un bol mediano. Échale un poco de sal y pimienta.
Corta y exprime los limones y échale el jugo al pescado. Remuévelo. Se supone que haya suficiente jugo como para que el pescado esté casi sumergido. Si los limones salieron secos, exprime más. Pueden ser verdes o amarillos.
Corta la cebolla por la mitad y luego corta una lascas finas. Julienne, le dicen los franceses. No sé por qué. Tal vez era una novia de Luis XIV. Tal vez debería buscarlo. No importa. Échale las lascas de cebolla a la mezcla.
Corta el ají en pedazos pequeños, como si estuvieras cortando ajo. Échalo al bol. Si no hay ají, pues la cucharada de sofrito o un apretón de sirracha.
Échale un poco del jugo del otro cítrico. Como 1/2 taza. Si es piña, pásala por el procesador o licuadora; si es acerolahazla jugo… etc.)
Pica el cilantro y échalo en el bol. Remueve todo y ponlo en la nevera por 15 minutos, así dentro del bol. Recuerda taparlo con plástico o papel aluminio.
Tómate una cerveza o un vinito en lo que esperas o hierve batata, fríe los tostones. Qué sé yo… trata de entretenerte por quince minutos.
Saca de la nevera, remueve y prueba un canto. Ajústalo de sal y remueve otra vez. Prueba de nuevo y ajusta según sea necesario. Cuando te satisfaga, sírvelo (esperemos que no te hayas jampeado todo el ceviche en el prueba, prueba).
Puedes decorarlo con una rueda de limón o un poco de cilantro… par de hojas de un arbusto… lo que sea, pero que se pueda comer.
¡Buen provecho!
Incluyo algunas fotos de los familiares que han intentado la receta. Ha sido un palo.
Hace unos días, cambié de proveedor de servicio para esta página. Con el cambio, se desorganizaron o dejaron de funcionar algunas cosas. De todas formas, ya un cambio es necesario así que pronto trabajaré para que la página luzca mejor. Mientras tanto, se verá así. El contenido no ha cambiado, solo la apariencia. Pendientes.
Boricuas destacadas Los nombres de Julia de Burgos, Sonia Sotomayor y Rita Moreno probablemente nos sean muy familiares, pero ¿puedes mencionar cinco otras mujeres boricuas destacadas? ¿Qué tal diez o quince? Confío en que la audiencia de esta reseña podría nombrar el doble de las que pedí y quedarse con ganas de mencionar muchas más, …
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