Reseña: Fuego fatuo

Minúsculos estallidos poéticos

El fuego fatuo es un fenómeno de la naturaleza que despertaba la imaginación de quienes lo presenciaban. Se trata de una combustión causada por los gases expelidos por organismos en estados de putrefacción en lugares como pantanos y cementerios que emite una pequeña llama azul a poca distancia del suelo. Era, pues, fácil atribuirle características sobrenaturales y cuasiespirituales a falta de una explicación científica. En el folclore europeo, por ejemplo, se le conoce como will o’ wisps y pensaban que eran espíritus que intentaban engañar a los viajeros de su camino. En su poemario Fuego fatuo, N.O. Núñez presenta una serie de poemas cortos a modo de distracción del viaje de la vida para sus lectores.

Fuego fatuoEl poemario está dividido en siete partes: “Ars”, poemas de la poesía misma; “Televidente”, inspirados por programas de televisión de los años ochenta y noventa; “Jóvenes y artistas”, observaciones de las nuevas corrientes artísticas; “McWorld”, una mirada al sistema político y económico del mundo globalizado; “Juego de poder”, poemas de ironías amorosas;“I am so lonely”, que tratan de la soledad; y “¡Despierta! (o mareándose en el carrusel)”, que son poemas de un corte más existencial. Todos son breves, algunos de apenas un verso.

A pesar de ser un poemario, se lee más bien como microrelatos en vez de poesía. El mismo autor alude a este hecho en el poema “Mediocridad”, que juega con sus inseguridades. Algunos poemas son humorísticos, sarcásticos e ingeniosos, a veces. En otras ocasiones son temas sexistas, patéticos e intolerantes, según las sensibilidades y sentido de humor de los lectores. Resaltan “Titanic”, “Paradojas”, “Sacrificio postmoderno” y “Abandonado”.

Fuego fatuo ofrece una corta y ligera distracción de lo cotidiano con muestras cínicas de esa misma cotidianidad que leen como alude su título: una combustión corta e intensa.

 


Fuegos fatuo

N.O. Núñez

Hijos bastardos de Kierkegaard editores, 2014

Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día el domingo, 30 de marzo de 2014.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.