Reseña: Ánima fatua

La chica desentendida

 

Hay algo romántico en lo que se percibe de la vida bohemia, como era la de los hippies en el siglo pasado. A nuestras sensibilidades artísticas apelan el estar libre de las convenciones sociales y simplemente vivir de momento a momento, sin complicaciones como las cuentas o el trabajo de 9 a 5. Hay un precio a pagar por ese estilo de vida, como puede evidenciarse en la novela Ánima fatua, de la cubana Anna Lidia Vega-Serova.

Ánima fatuaLa trama sigue a Alia, una niña de padre cubano y madre rusa, desde los tres años, poco antes de que se separen sus padres y se mude a la Rusia de la Unión Soviética. Cuenta de su primera amiga en Cuba, Malena, y su dolorosa separación de ella para acogerse en la casa de sus abuelos maternales. Al ser mulata, a Alia se le hace difícil conseguir que la acepten tanto en el hogar, como en la escuela. La madre desahoga en su hija las frustraciones que tiene con el padre y solo atiende a su hermano menor. Los abuelos no la aceptan por ser hija de su padre. Los niños en el salón la ignoran porque no puede comunicarse en ruso y hasta la maestra la cree estúpida. Con el pasar del tiempo, Alia encuentra refugio en sí misma, a través de las artes, la lectura y la escritura. Según se acerca a la adolescencia, la actitud de la madre no mejora y Alia comienza a rebelarse. Desarrolla una personalidad introvertida y, en muchas ocasiones, no sabe por qué actúa de una manera u otra. Eventualmente, abandona a su madre para irse a Moscú.

Una vez en la capital soviética, Alia encuentra un mundo sórdido, pero fascinante. Descubre su sexualidad, las drogas, la maldad y la bondad de los hombres, y el estilo de vida de los hippies del final de la década de los ochenta. Su vida se lee como una odisea desastrosa, en la que Alia intenta encontrar su norte, semejante a una novela picaresca, pero de un corte más existencial.

Vega-Serova narra una historia de un personaje memorable, de manera cautivante. Logra crear empatía por esta alma sin razón ni rumbo llamada Alia, a la vez que muestra un ambiente tanto hostil como romántico, en algunos casos, de la Unión Soviética antes de derrumbarse. Sobre todo, logra mantener el interés del lector dentro de un entorno poco común e interesante.

 

Ánima fatua

Anna Lidia Vega-Serova

Trabalis Editores y Ediciones Aguadulce, 2016

Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en mayo 15 de 2016.

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