Poema del malsano
por Pablo Cernuda
Cuando salí de Hato Nuevo
fue en un carrito con bondo
Iba pidiendo a Milongo
(fueron testigos del ruego
mi gallina con sus huevos)
que esperaran mi regreso
y que a pesar del progreso
que en la vida yo lograra
a nadie yo defraudara
ni se me volara el seso
Qué pena la que sentía
cuando la cuesta bajé
y la chorra’e Salomé
de mi mente se escurría.
¡Soy Héctor O’Neill García!,
afirmé con mucho orgullo
y como nunca me juyo
aceleré mi fotingo,
le dije adiós a Domingo
pues cada quien a lo suyo.
No recuerdo como fue,
pero me dieron empleo
y como era mi deseo
me afilié al PNP.
A asambleísta llegué
y de ahí pasé al Senado
y sin mucho desenfado
me hice de la alcaldía,
nunca olvidaré aquel día
cuando me vi allí sentado.
Después en pos de ideales.
Quería ser americano
(yo tenía el pelo cano
Y pensé, somos iguales)
para erradicar los males
que de niño me aquejaron,
pues creo no me enseñaron,
(o yo no aprendí tal vez)
a expresarme en buen inglés
y tanto me acomplejaron
Me entró un deseo malsano
de cambiar mi propia gente
pensé que era prudente
manipular a mi hermano
y comencé a meter mano.
Los rótulos de una vez
cambié de español a inglés,
las barriadas, en mansiones,
cambié en fin mis emociones,
lo hice todo al revés
¡Ay y si estuviera en mis manos
recogerme a buen vivir!
y no tener que sentir
que defraudé a mis hermanos.
me siento como un gusano,
yo de aquí no salgo ileso
aunque tan sólo intereso
volver muy fresco y lirondo
en mi carrito con bondo
sin tener vola’o el seso.
Me enviaron este poema para publicar y me pareció tan bueno que decidí complacer a la persona y compartirlo con ustedes. Usa «Valle de Collores», de Luis Llorens Torres como inspiración.