Reseña: El mundo oculto

Romance indio en Sudáfrica

Uno de los episodios más terribles en la historia sudafricana es la época del apartheid, en que el estado de Sudáfrica legisló para segregar a los negros de los blancos y criminalizar las relaciones interraciales. En este marco histórico, a principios de la década de los años 1950, es que se cuenta la trama de la novela El mundo oculto, de Shamin Sarif. La autora, aunque de nacionalidad inglesa, es de ascendencia india. De pequeña, vivió con sus padres en Sudáfrica, precisamente, durante el periodo en cuestión.

La novela gira en torno a la historia de Amina, una joven india, que es dueña de un café en Pretoria, una ciudad sudafricana. La joven es independiente y rechaza las constricciones impuestas por las tradiciones religiosas de la comunidad india. Por ejemplo, no viste según se espera de las mujeres indias; administra un negocio por su cuenta, lo que tampoco es bien visto por la sociedad, y es lesbiana. Esta última característica es un secreto a voces. Su manera de ser le trae conflictos con las autoridades, ya que trata a los negros como iguales y, además, el estado tampoco es tolerante hacia la homosexualidad.

La historia se complica cuando aparece Miriam, una ama de casa, también india, que acaba de tener a su tercer hijo. El esposo de Miriam, Omar, contrata a Amina para que les haga un huerto en un pequeño pueblo en las afueras de Pretoria. A medida que las dos mujeres se conocen más a fondo, crean un vínculo emocional que apenas se materializa, debido a la situación matrimonial de Miriam y la sociedad racista en la que viven.

La novela ofrece una mirada diferente a la diáspora india en Sudáfrica. Son familias que huyeron de su país natal y lograron asentarse en un lugar que, eventualmente, resultaría inhóspito por su racismo. Aunque la trama tarda en desarrollarse, una vez toma vuelo, se convierte en una historia que cautiva. Tiene personajes interesantes, aunque no se desarrollan del todo, como sucede con el esposo de Miriam, y Jacob, un socio que tiene Amina. Otros personajes, como algunos antagónicos, tienden a ser maniqueos: son personas malas, sin ningún tipo de característica redimible.

La autora es guionista también. Esta característica se nota, sobre todo, en la tendencia a mover la trama por medio de los diálogos. Esta estrategia estaría mejor lograda, si no fuese porque la narración luego repite lo que acaba de exponer.

El mundo oculto, al final de todo, es una historia romántica que logra mantener el interés en la lectura, una vez los conflictos comienzan a aparecer. Satisface a los lectores gracias a su ambientación y sus personajes protagónicos.

El mundo oculto

Shamim Sarif

Ediciones Scriba NYC, 2016

Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en algún momento después del huracán María.

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