Cuentos a partir de Julia
La celebración de los cien años del natalicio de Julia de Burgos el pasado año produjo varios textos que recopilaron la vida y obra de la poeta desde diferentes puntos de vista. Hubo reproducciones de su diario; biografías con enfoques específicos, como el feminismo; o las tribulaciones de Julia, y antologías de su obra. Uno de los trabajos más originales fue La orilla donde sueño, una colección de cuentos inspirados en diferentes poemas de Julia de Burgos, escrito por Juan Carlos Rueda y José Luis Sierra.
Se compone de diez cuentos precedidos por su respectivo poema inspirador, cinco por autor. Sin embargo, las narraciones no son poemas convertidos en cuentos; son relatos que, en muchos casos, solo tienen en común algún tema trabajado en la poesía de Julia. Por ejemplo, “Un mar goloso” es un cuento de Sierra inspirado en el poema “¡Oh, mar, no esperes más!”. Ambos comparten el tema de la vejez, sin referencia alguna entre ellos. Sucede así con el resto de los cuentos, cuyos temas varían desde la partida de seres queridos, el nacimiento, los roles de la mujer en la sociedad, los estereotipos de género y la compasión humana, entre otros.
Las narraciones son sólidas y demuestran un ejercicio literario creativo, con la utilización de los poemas a modo de musas. Además, la variedad de temas asegura que los lectores encuentren lecturas agradables para cada gusto. Ciertamente, hay ingenio e imaginación en los escritos, aunque en ocasiones se note cierta carencia de madurez estilística, como si los escritores aún buscaran dominar su voz narrativa. A pesar de ello, esta obra es interesante, imaginativa y una buena muestra del trabajo de los autores.
La orilla donde sueño comprueba la inmortalidad de Julia de Burgos. También, la influencia que aún posee la poeta entre aquellos que producen literatura en el País, tanto en el género que escribió, la poesía, como el cuento, como queda demostrado en esta publicación.
Juan Carlos Rueda y José Luis Sierra
ESCAPR de Puerto Rico, 2014
Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día el 4 de enero de 2015.
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