Gajes del periodismo
En octubre de 2014, la cadena televisiva Univisión, que en Puerto Rico conocíamos como Canal 11, cerró súbitamente su noticiario. La acción dejó en la calle a todos los empleados asociados al noticiario. Desde camarógrafos hasta reporteros quedaron cesanteados de sus puestos repentinamente, sin aviso previo. Uno de esos reporteros fue el chileno Carlos Weber, hombre ancla del programa en aquel momento, que ha vivido en Puerto Rico por más de 30 años y es el autor del libro de crónicas Fuera de la caja.
El tomo recoge tres crónicas que giran en torno a la profesión del reportero. Aunque se menciona uno que otro detalle en cuanto a la práctica y cultura corporativa de la empresa en donde laboró, quien piense que el libro trate de aquella injusta situación se equivocaría. Más bien, las crónicas detallan situaciones específicas que marcaron a Weber en diferentes momentos de su vida y carrera periodística en la Isla.
La primera crónica, “Ojos que no ven, corazón que no siente”, cuenta la corta historia de una interacción entre Weber y una persona ofendida por la manera en que el reportero habló de él. El encuentro fugaz e imprevisto sucedió en un chinchorro guaynabeño y el reportero no tenía noción de quién le reclamaba, lo cual da pie a un giro en la trama al final.
La segunda, “Crónica de una decisión suprema”, trata del abuso del poder de parte de las autoridades y la larga lucha para responsabilizar al gobierno por sus acciones. Hace unas semanas, reseñé el libro de Edward Snowden, que habla de cómo el gobierno federal decidió espiar las llamadas y comunicaciones del mundo entero en secreto. Resulta que Weber, en 2003, fue víctima de ese tipo de invasión a la privacidad, aunque a nivel local, cuando el Negociado de Investigaciones Especiales (NIE) solicitó a su proveedor de servicio celular todas las facturas y llamadas que el reportero había generado. Mientras Weber cubría un caso de corrupción en el municipio de Bayamón, parte de la información se filtró y entes en el NIE le pidieron a Cingular (hoy día AT&T… y pronto Liberty) que les brindara información privada de sus clientes para que el negociado pudiera averiguar quién sacó a la luz la información. Una vez Weber se enteró, comenzó un proceso judicial en contra del gobierno por invadir la privacidad de un ciudadano. El autor explica el porqué de su decisión y utiliza su experiencia con la dictadura de Pinochet en Chile para encontrar paralelismos entre una situación y la otra.
La última crónica es “Cómo no se le debe entrar a la guerrilla”, que cuenta cómo Weber y un pequeño equipo que consistía en un camarógrafo, un productor y él se adentraron en la Sierra Nevada en Colombia en busca de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que había secuestrado a una puertorriqueña, Rosa de la Cruz. Para resumir, la misión de encontrar a los guerrilleros fue fallida y jamás dieron con ellos. Además de contarse la travesía, se habla un poco de la ineptitud de algunas personas involucradas en esta situación y la falta de apoyo de parte del Canal 11. Se discute, además, un poco de lo que son las prácticas periodísticas y la ética involucrada en la profesión.
Es una lectura corta con un lenguaje sencillo y al grano. A juzgar por el título, tal vez Carlos guardó en una caja metafórica estas vivencias hasta sacarlas a la luz ahora. A veces no podemos contar las injusticias que presenciamos al momento en que ocurren porque no estamos en una posición de afrontar las consecuencias, pero esperamos a que haya oportunidad para denunciarlas. O tal vez, Weber solo necesitaba el tiempo para escribirlas. El autor sabrá. Lo cierto es que ahora sí están al ojo público y no hay por qué ignorarlas.
Fuera de la caja
Carlos Weber
Editorial ICP, 2019
Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en noviembre 24 de 2019.