A cada rato se escucha alguien decir que el deporte nacional de Puerto Rico es la política. Este supuesto peritaje es inexistente: una gran cantidad de los votantes no saben cómo es que se pasa una ley ni la diferencia entre el Senado y la Cámara de representantes. La gran mayoría somos tan expertos en política como somos expertos en fútbol. Vemos los juegos del Real Madrid y el Barça, pero no entendemos la regla de la posición adelantada ni por qué pasar el balón hacia atrás puede ser una buena idea, en ocasiones. Nos sucede igual cada cuatro años, solo que el «clásico» es el día de las elecciones, mientras que los debates actúan como cuartos y semifinales. El resto del cuatrienio es nuestra temporada regular.
Sin embargo, el puertorriqueño promedio no se involucra en la política hasta que es hora de votar. No hay voluntad para escribirles a nuestros legisladores para que mejoren nuestras carreteras, recojan la basura y hagan algo por nuestra seguridad. Tal vez escuchamos en la radio las declaraciones del funcionario de turno mientras reacciona hacia alguna controversia o acusación, pero no levantamos un dedo en protesta.
Al igual que uno no podría decir que es aficionado del baloncesto o la pelota si solo toca una bola o un bate una vez al año, tampoco puede echárselas de analista político, si lo único que hace es depositar una papeleta en la urna sin saber quiénes son la mayoría de los candidatos por los cuales votó. La gente elige políticos porque el nombre le suena y no sabe quiénes son, comportamiento que resuelve el misterio de cómo Jorge de Castro Font salió electo en las últimas elecciones.
El voto es parte importante de una democracia, pero el ciudadano también debe poner de su parte a la hora de escoger. Es cierto que nuestra memoria colectiva es corta, pero hoy día no hay excusas. En menos de cinco minutos puedes hacer una búsqueda en Internet y saber los datos más importantes de los candidatos. Si escogemos al candidato equivocado otra vez, será por vagancia e ignorancia. La amargura de la medicina será nuestro castigo.
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Yo soy fanática del deporte en especial del crossfit, lo practico desde hace tiempo y me encanta.