Pues, ya terminé con la historia que quería contar. Mira que hubo cambios en la trama, pero el final siempre fue el mismo. Como dije antes, ahora necesito montarla a un sólo archivo y añadirle algunas cosas más. Anoche reescribí el prólogo y monté los primeros cuatro capítulos, revisando lo que había escrito para corregir cosas de estilo e incongruencias con el resto de la trama. También, debo analizar a los personajes con hielo en las venas. Los conozco tan bien ya, que no creo que me tome mucho con eso.
Recuerdo que al comenzar a escribir tenía el principio y el final, pero no sabía cómo llegar de uno a otro. Fue como perderse en un laberinto. A veces tomé el camino equivicado y estaba forzado a regresar (reescribir). Para la próxima, que debe ser Cuatro pies al margen, me llevo un mapa. Pero aún no puedo pensar demasiado en ésa.
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2 comentarios
Empezar y terminar ya es bastante, y más si todo esta saliendo como quieres.Suerte.
Hablando de Indiscreciones de un perro gringo, la más reciente novela de Luis Rafael Sánchez, y sobre el tiempo que al autor le tomó terminarla y publicarla, Elidio La Torre Lagares dice lo siguiente en una reciente nota en su blog: El tiempo es relativo, por supuesto, y más cuando se trata de cosas literarias. Si la terminó para entonces, eso prueba una vez más que toda escritura es reescritura. Si no, que sirva de evidencia que con los libros no debe haber prisa.
Gran verdad la que menciona el profe.