Reseña: El pezón

El arte de la brevedad

Confieso que el famoso microcuento de Augusto Monterroso, “El dinosaurio”, no es de mis favoritos. Prefiero “El eclipse”, del mismo autor. “El dinosaurio” me parece sobrevalorado. Pueden llamarme inculto, si desean, pero les veo mucho más valor a “Continuidad de los parques”, de Julio Cortázar, y a “Los bomberos”, de Mario Benedetti, aunque sean mucho más largos en comparación. Mi apreciación hacia esta modalidad narrativa, que valora la brevedad y el efecto, gira más entorno a la construcción de un chiste, tomando en cuenta que los chistes son subvalorados como parte del género, tal vez porque prevalecen los que son vulgares. No obstante, creo que el microcuento y el chiste comparten características, aunque sean diferentes. El escritor puertorriqueño Luis Enrique Vázquez Vélez trabaja la modalidad del microcuento en su libro El pezón y otras anatomías mínimas.

El tomo contiene 54 microcuentos y está dividido en tres partes: “Ni poco, ni demasiado”, Todo es cuestión” y “De medida”. Según el prefacio, los cuentos son una recopilación de escritos a partir de 2010. No está claro si se presentan en orden cronológico o si la organización de los textos responde a cuán extensos son los relatos. La primera parte está compuesta por cuentos que ocupan, por lo general, dos páginas. La segunda son cuentos de una página o par de párrafos. Mientras que la tercera, son pequeñas narraciones de entre una oración y un párrafo. Los relatos tocan varios temas, aunque prevalece el desamor y sus consecuencias. El autor utiliza, en algunos casos, referencias a personajes conocidos, como Romeo y Julieta o Cupido, como manera de que los lectores se familiaricen con la situación de algunos de los cuentos.

Sobresalen los cuentos de la tercera parte de la colección, que son los más cortos. En ellos se percibe el ingenio característico de esta modalidad, posiblemente como consecuencia de su brevedad. Los cuentos de las primeras dos partes, sin embargo, no resuenan tan efectivamente como los de la tercera. En este tipo de colección siempre sorprende la cantidad de ideas que sus autores suelen producir; es de esperarse que no todos lleguen a todo tipo de público.

Redactar microcuentos no es una tarea sencilla. Se requiere concisión, ingenio y una imaginación fértil, entre otras cualidades. El pezón y otras anatomías mínimas muestra estos requisitos en la tercera parte de este libro, mientras que en las primeras dos hay un intento de ello. Es una entrega con efectividad mixta.

 

El pezón y otras anatomías mínimas

Luis Enrique Vázquez Vélez

Editorial EDP University, 2018

Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en abril 28 de 2018.

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