Reseña: La rusa

Como una matrioshka literaria

La rusa es un pequeño libro del puertorriqueño Rafael Acevedo que contiene dos cuentos: la narración epónima y “La muela de Dios”. El título de por sí es sugerente; la rusa podría ser una mujer o una manera de hacer algo. Es un gentilicio que carga con estereotipos y un aire amenazante. Por ejemplo, decir que alguien es multimillonario, como Bill Gates, es muy diferente a decir que alguien es un multimillonario ruso. Otro ejemplo se puede apreciar en cómo la ruleta, un juego de azar, se convierte en algo terriblemente mórbido con añadirle rusa. Una notable excepción sería el caso de la ensalada rusa, que no guarda mucho misticismo ni amenaza, a menos que la remolacha le presente una.

El cuento “La rusa” juega con algunos de estos estereotipos. En un México donde la lluvia ácida es capaz de herirte, el protagonista cae bajo los encantos de una de las ayudantes de un multimillonario ruso, cuya riqueza alcanza niveles de lujo absurdos. Tiene una limusina inmensa, colecciona libros raros y demuestra abundancia con cualquier acción que toma. Por ejemplo, mantiene la colección de libros, pero no los lee, sino que le basta con presumir de ellos y su valor. Igual sucede hasta con las ayudantes, que apenas interactúa con ellas en el transcurrir de la trama, pero son mujeres impresionantes, no solo por su físico, sino por la inteligencia que poseen, capaces de manejar la colección de libros mencionada antes. Krupskaia, la rusa, es una profesora de literatura medieval contratada inicialmente para manejar la colección de libros, pero consigue un empleo fijo y mejor remunerado como ayudante del multimillonario.

Lo que comienza como una historia de crímenes va cambiando a una historia de amor, ya que el protagonista, que es poeta, entre otros oficios, termina enamorándose de la rusa. Si bien el giro en el tono de la trama es inesperado, esperaba saber más de este sórdido mundo en un futuro cercano, en que hay que evitar que te caiga la lluvia ácida, y cómo sus personajes se desenvolverían en él.

“La muela de Dios”, el otro cuento, se inspira en una cita del escritor norteamericano Phillip K. Dick. El autor construye este cuento usando las palabras de Dick a manera de pie forzado. En pocas palabras, el protagonista crea su propia religión inspirado en varias teorías y creencias, como la simbología y la cábala. Aquí vemos un ejercicio filosófico interesante, que debe interesarles a aquellos que disfrutan de ese tipo de texto.

Nuevamente, Rafael Acevedo presenta otro de sus proyectos en un formato interesante: es un libro corto de 4 x 4 pulgadas, que cabe en un bolsillo. Al igual que Acevedo, cada vez más autores comienzan a experimentar con diferentes formatos de libros que son más adecuados para historias cortas. Esto deja entrever que hay un público lector al que le agrada su literatura en volúmenes cortos e intensos, semejante a sus lecturas en línea, pero que también aprecia el objeto físico que un libro representa. Acevedo cumple con estos requisitos con La rusa.

 

La rusa

Rafael Acevedo

La secta de los perros, 2019

Esta reseña se publicó originalmente en El Nuevo Día en junio 23 de 2019.

 

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